Un equipo con propósitos definidos no solo ayudarán a mejorar la productividad de la organización o empresa, también permitirá cumplir los objetivos, retener talento e impulsar el liderazgo interno generando apropiación de la misión y visión de la compañía. 

Crear y establecer propósitos claves no es tan difícil como suena, a continuación encontrará su importancia y cómo crear un proceso que brinde solución y evite equipos sin objetivos o propósitos. 

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Paso 1, preguntar a las personas qué quieren hacer: es indispensable tomarse un tiempo con el equipo y averiguar cuáles son sus propósitos profesionales, si bien es cierto, se han contratado para desempeñar  tareas específicas es probable que sus objetivos individuales de crecimiento se adhieran a los objetivos de la empresa y de manera mutua se puedan lograr y fortalecer. 

 Paso 2, rendición de cuentas: un sistema interno que permita realizar el seguimiento de tareas para el cumplimiento de proyectos permite que cada uno genere una responsabilidad de tener su lista de tareas actualizada manteniéndolos concentrados y enfocados en lo que se les ha asignado, así mismo esto funciona a tener transparencia en los empleados generando apoyo y aportes entre sí.  

Paso 3, hacer públicas las metas y propósitos: teniendo en cuenta la transparencia mencionada anteriormente se puede mantener a los equipos motivados, emocionados y conectados con el mismo propósito a través de boletines internos, mails, pancartas, entre otros, en el que se visualice en tiempo real los propósitos y el cumplimiento de los equipos o de manera individual. 

Este recordatorio constante de los propósitos ayuda a desarrollar las tareas del día a día sin importar su tamaño o dificultad. Publicar estos propósitos permite visualizar el progreso diario y comprender como esto contribuye a los propósitos u objetivos a largo plazo. 

Paso 4, mostrar el impacto de las metas a nivel general: vincular las tareas más pequeñas con los propósito finales es una estrategia que puede funcionar, para ello es necesario impactar a través de diversos métodos de comunicación el impacto que genera cada tarea realizada en los propósitos individuales y generales en la compañía, acá es importante asegurarse que cada empleado conoce y hace parte de los objetivos generales de la compañía y que su trabajo permite el cumplimiento de ellos y el beneficio mutuo. 

Paso 5, hacer que los propósitos sean cuantificables: al contar con propósitos que no son medibles, para el equipo no será claro qué se pretende alcanzar y para la compañía será difícil hacer un seguimiento de los aciertos o fracasos, esto puede ser determinado número de ventas, productos, diseños, lanzamientos, entre otros, de esta manera cada equipo e individuo sabe cuál es su objetivo semanal, mensual, trimestral, entre otros. 

Paso 6, generar incentivos ligados a los propósitos: es necesario vincular incentivos a los propósitos que se plantean, esto permitirá motivar a los miembros del equipo e incluso generar empoderamiento y liderazgo de cada uno, promoviendo y resaltando fortalezas o comportamientos favorables en el trabajo.  Hay que asegurarse de crear incentivos que se adapten a los empleados y sus propósitos. 

Paso 7, crear un plan de acción: establecer unos propósitos definidos no generarán éxito de la nada, es necesario crear un plan para lograrlo. Es necesario crear un plan de acción que se comparta con los colaboradores, se les permita participar y asumir responsabilidades de los resultados generando finalmente participación activa y un alto grado de satisfacción.

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